jueves, 2 de agosto de 2012

El pájaro carpintero y la serpiente


Un pájaro carpintero de rojo penacho
En lo alto de un árbol tenia su casa
Donde moraba con su alada esposa
En un hueco tibio y algo estrecho.

En la casita alta, su leñosa cueva,
Vivían felices el pájaro y su carpintera
La que puso huevos para que les diera
Otros pajaritos, la camada nueva.
El pájaro carpintero desde muy arriba
Observaba cauteloso el vecindario
Por si aparecía algún adversario
Que usurpar quisiera el nido
Y comer los huevos como vil bandido
Perpetrando así un terrible agravio.

Un mañana tibia, en la verde selva,
El pájaro carpintero sacó la cabeza
Que del nido salió con gran certeza
Para observar a una repulsiva
Serpiente que trepaba furtiva
Pues robar los huevos pretendía;
En su hambre de reptil comer quería
Y la mirada fija de aquel adversario
Al pájaro carpintero dio escalofrío
Pues la asesina a matar venía.

El valiente pájaro gritó temblando:
¡Animal sin patas, que haces subiendo,
Con malicia vienes serpenteando,
Este es mi árbol y aquí yo mando,
Lárgate pues no eres bienvenido!
Pero la serpiente respondió al pájaro:
¡Voy a comer huevos, que quede claro
Y si no te gusta lo lamento mucho,
De un mordisco he de herir tu pecho
Y te tragaré entero, eso lo juro!

El pájaro de rojo penacho tiritando
Se lanzó al ataque de la serpiente
Quien se sorprendió visiblemente
Del valor que el ave fue mostrando;
El plumífero en su vuelo fue lanzando
Golpes como fuertes picotazos
Que la bífida sintió cual machetazos
Que le herían en la piel y las costillas
En medio del fragor de la rencilla,
Los graznidos, la violencia y los pinchazos.

La serpiente enfurecida y con inquina
Aferrada a una rama del árbol,
Empeñada en su infame rol,
Soltaba mordiscos de asesina
Escupiendo maldiciones y toxina
Que no hirieron al valiente pájaro
Quien luchaba solo y con descaro
Por defender los huevos del nido
Que robar quería el reptil atrevido.
De pronto, salió del nido la hembra
Que veía como la malvada culebra
Matarles quería en su cometido.

Mientras la lucha crecía en tensión,
La serpiente astuta siguió trepando
Pues de un fuerte golpe dejó tendido
Al pájaro aturdido en violenta acción.
El ave hembra sin la minima aprensión
Picoteaba la corteza del gran tronco
Que destiló su savia, un fluido blanco,
El que chorreó directa a la cabeza
De la desafortunada asesina confesa
Que en los ojos recibió el flujo cáustico.

La culebra enceguecida y en ardor herida
Termino caída, con hambre y derrotada;
Los pájaros carpinteros, pequeños valerosos,
Así salvaron sus huevos y sus vidas presurosos.


(Basado en el cuento de la etnia culina “El pájaro carpintero”)

Obra con registro de propiedad intelectual


Créditos
Música: Carlo_Tamponi_-_onclassical_tamponi_vivaldi_flute-oboe-cello_concerto_103_1
Imágenes tomadas desde:
http://www.cuscowonderstravel.com/img/pajaro-carpintero-iquitos.jpg
http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/8/8d/Bothriopsis_bilineata_smaragdinus_%28Yasuni%29.jpg
Cuento “El pájaro carpintero”. 1999. En: Llanchama-Cuentos Pintados/Amazonía. Culina-Cuentos de animales. INC. ILV. Fondo Editorial de la UNMSM. Lima. Perú.
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