lunes, 19 de agosto de 2013

Síndrome

Camino en la ciudad
Atraído por ardides y engaños que me sujetan
A redes tejidas con cemento y fierro, arena y piedra;

Entre hilos de ficciones polimórficas
La jungla del progreso estrangula la carne haciendo llaga el tegumento protector,
Exponiendo la sangre a una infección sistémica devastadora…

En este lugar la enfermedad es virulenta y mortal,
Silenciosa, secreta, delictiva e ilegal;

La sangre recibe su sentencia de muerte
De la boca de fieras salvajes vestidas en trajes de noche, 
Que comen caviar, beben champán y conversan riendo en aposentos de cristal;

En los salones del espanto refinado
Las taquicardias se cronometran con Rolex,
Las fiebres y los escalofríos registran sus oscilaciones en NASDAQ,
Los ataques convulsivos se tratan con bromuro de bencilo,
El dolor y la inflamación se calman con entretenimiento banal;

La muerte sobreviene entre los espasmos producidos por el síndrome inhibitorio de la respuesta
Que hace besar frenéticamente la mano huesuda que estrangula la vida,
Convenciendo a las víctimas, auténticos imbéciles,
Que son los únicos causantes de su propia desgracia...


Obra con registro de propiedad intelectual

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