Sobre las alas de mis pies
Atravieso el bosque que me moja
En una lluvia marchita de hojas rojas, naranjas, marrones, amarillas.
¡Oh lluvia de papeles antiguos,
De gemas planas que humectan la piel
Con caricias de aguacero incesante y crepitaciones otoñales!
Humedeces el espíritu con el perfume de la tierra, del moho, de las
resinas suaves e intensas.
El viento eleva la lluvia
desde el suelo
En remolinos mustios de
verdes difuntos.
Los árboles se sacuden de
otra lluvia,
Se quitan la ropa mojada,
Se desnudan sin pudor
Entre silbidos y aplausos
de madera fresca,
Mostrando honestos sus
cuerpos firmes,
Perfectos de pureza natural.
De pronto,
En medio de la lluvia de hojas secas
Una figura extraña parece
vigilar a lo lejos
Posada sobre el hombro de
un roble majestuoso
Vestido de líquenes
Que le dan aspecto ancestral…
Unos ojos grandes como dos
lunas llenas observan
Y un cántico profundo,
solemne, ritual, brota
Como el soplo natural del
bosque
En el pico del vigía.
¡Uhuu, uhuu!
Algo salta dentro de mi,
no se porque…
- ¿Por qué? -
Algún frasco de alabastro
con perfume
Se quiebra en el pecho…
La lechuza no sabe que,
Al verla en unidad y armonía
con el noble gigante,
Su cántico ha tocado la cuerda del arpa que late fuerte
Y de emoción se ha quebrado en un suspiro…
Y de emoción se ha quebrado en un suspiro…
¡Uhuu, uhuu!
Ese canto, esa melodía
nostálgica y territorial
Hace que un par de gotas
de lluvia dormidas en mis ojos
Caigan al suelo en olor de
resinas y bálsamos.
Un par de gotas de agua,
emocionadas de salvaje alegría
Responde al saludo del viejo
amigo desconocido
Que, de balde, regala su
ulular desde el árbol vestido de otoño.
Y la lluvia vuelve a mojar
la tierra nuevamente…
Obra con registro de propiedad intelectual
Créditos
Música: Roger_Subirana_Mata_-_Eria
Imagen tomada desde: http://cristhiantellez.files.wordpress.com/2013/01/img_9491.jpg
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