De pétalos de fuego en
sólido tallo de piedra.
Hija de tierra fértil,
hija del sol y del agua.
Tamburco escucho tu primer
grito libertario,
El grito de la tenacidad que
nace viva
En garganta pura de
semilla nueva.
El suelo andino de la
pachamama,
Tierra de los que hablan
con los dioses,
Apurímac de colosales
montañas,
Abrigó tu semilla en sus
manos de barro.
Sus cobrizas manos
Te elevaron en alto para
presentarte al sol, a las nubes, a las estrellas…
Ellos te acariciaron con
afectos de naturaleza, de rocío, de luminosos rayos
Que germinaron tu cuerpo y
tu conciencia.
Flor de capulí,
De savia indígena y
morena,
Dos ríos te regaron con
agua y con fuego.
Fluyeron en tus venas en
un solo río de termales aguas.
Las aguas minerales y
cristalinas labraron en tu cuerpo de tierra orgánica
Ubérrimo valle de
bronceada tez,
Ondulante y fina belleza
en simiente y cuerpo de mujer.
En el suelo de tus
ancestros, fecundo de civilizaciones y culturas
Te hiciste fuerte como
montaña tutelar,
Firme e inmutable fue tu
entraña pura,
Amante y bello el corazón
telúrico de tu apasionado volcán.
Así, montaña de verde
joven
Te uniste al gran rebelde
que te amo y al que amaste hasta la muerte.
Compañera leal y devota
fuiste del Amaru II de fuego indómito.
Con él forjaste sueños de
justicia y libertad.
Él fue contigo hoguera
incendiaria, voraz llama destructora de oprobios.
¡Juntos, en Tinta, en el
ombligo del mundo, liberaron las galgas en puños cerrados de indígenas y
esclavos!
¡Juntos desafiaron al
tirano español hambriento de oro y ebrio de sangre!
¡Juntos enristraron el
pendón de la rebelión andina!
¡Juntos sembraron de
dignidad y esperanza corazones y cuerpos tiranizados!
¡Juntos gritaron por
primera vez ¡libertad!, y las gargantas mudas despertaron!
¡Juntos lucharon contra la
barbarie, contra la crueldad!
¡Juntos padecieron la
venganza de los invasores parias en humanidad!
Y a la hora de la muerte
¡Juntos sufrieron el
martirio de las torturas asesinas sin que pudieran quebrarles la dignidad!
La sangre, el agua y el
fuego que derramaron unidos en amor filial,
Sembró y regó la semilla -de
ayer y de hoy-,
Que en América entera tiene
nombre de Micaela y de Amaru II
Y lleva el poderoso grito
indígena que proclama
¡Justicia y Libertad!
Obra con registro de propiedad intelectual
Créditos
Música: Roger Subirana Mata - Ancestral voices
Imagen tomada desde:http://www.cajamarca-sucesos.com/concursos_web/micaela_bastidas.jpg
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