domingo, 31 de marzo de 2013

La dama


Mi cigarro es leño,
Es liana, es alcaloide,
Es materia informe,
Es estímulo infinito…

La selva es un universo
Lleno de misterios…

Sentado sobre un tronco
Voy fumando del trópico
En vuelto en un sudario.

El chamán se acerca,
Viene remando,
Es Caronte que viaja
En su balsa de musgo;

Me extiende la mano,
Le doy una llave,
Me subo a su bote,
Zarpa remando;

Caronte,
Vestido con lianas
Me lleva por el Aquerón
-¿O será el Marañón
Camino hacia el nirvana?-;

La noche cerrada
De muy tenue luz
Nos muestra su cruz
Que al sur señala;

Me siento intranquilo
Sudando frío,
-¡No estoy en un río!-,
Tiemblo, me encojo,
-¡Estoy sobre una boa
De gigante enojo!;

Caronte entre lianas
Sigue remando,
Vacío de espanto
La otra orilla gana;

Cruzamos el Aquerón
-¿O será el Marañón?-
Y entramos en el mundo
De las almas sin cuerpo;

Un dedo huesudo
Me señala la vera:
-¡Muévete presto!-
Caronte vocifera.

Salgo del bote,
Piso la arena,
Me arde la mente,
Me laten las venas;

Doy pocos pasos,
Miro a la ribera
Donde está Caronte
Que allí espera;

Voy con atraso
Y acelero el paso;

Entre densa hierba
Del voraz nirvana,
De la oscura selva
Sin piedad humana,
Busco alguna ruta
Hacia incierta gruta;

Negro es el camino
Con olor a fango
Voy tras mi destino
Al que a tientas sigo;

De pronto a lo lejos
Algo va creciendo,
Campos floreciendo
Con luces y espejos,

Mil colores brillan
En un fondo negro
Flotan por el aire
Ánimas e insectos.

Observo una entrada
En madera tallada,
¡Es la antigua cueva
De roca labrada!,
Se abre ante mis ojos
Una inesperada
Ruta que es llamada
Senda por los brujos;

Cruzo aquel portal,
Bajo muy profundo,
No es abismal,
¡Entro al inframundo!.

¡Que enorme cueva!
-¡Es impresionante!-,
¡Una gran laguna!
-¡Tan exuberante!-;

Súbitamente
Se mueve el agua
Y una esbelta figura
Emerge mojada
Con miles de luces
Engalanada;

-¡Es fabulosa,
Es tan hermosa!-;
Vestida de rosa
Es una diosa
De caminar lento,
Que llena el aposento
Con su sola mirada;

He quedado quieto
Pero ella me llama,
Lento me acerco
Y quiero tocarla,
La dama se aparta
Muy suavemente:
-Es peligroso-
Ella proclama.

-¿A que has venido?-
Ella pregunta,
He respondido:
-Soy el alma inquieta
Del verso indefinido
Que quiere inspirarse
En tu sapiencia,
En tu belleza,
En tu elocuencia,
En tu pureza-.

La dama rosa
Con mirada suave,
Hace una venia
Y coge una llave;

Abre un cofre
Y dentro del cofre
Saca un simple trozo
De suelo arcilloso.

La hermosa dama
Extiende la mano,
Abre su boca,
Pronuncian sus labios:
-Come del suelo,
Traga con calma
Y nutre tu alma
Para hacerte sabio-;

Le miro inquieto,
Tomo la arcilla,
Muerdo un pedazo
-¡Que maravilla!-;

Abro los ojos,
Veo la tierra
Llena de ojos
Que todo observan;

Veo mis manos,
Que son de barro,
Del mismo barro
Que hace la tierra;

La dama rosa
Luego me dice:
-Para ser poeta
Debe ser de tierra
Cualquier alma inquieta;
Ya puedes marcharte,
Emprende tu vuelo,
Como las aves
Llega hasta el cielo;
Ahora lo sabes,
Tienes suficiente
Te has quitado el velo-;

La dama rosa
Volvió a su lago,
Su bella figura
Se ha esfumado;

Doy media vuelta,
Corro agitado,
Pues la cueva entera
Ya se ha ocultado;

Cruzo la selva,
Llego a la vera,
Donde Caronte
Aún me espera;

Subo en el bote,
Zarpamos presto,
Estoy sudando
Sin estar quieto;

Caronte observa
Bogando en popa,
El va domando
A la gran serpiente,
A la inmensa boa;

En la otra orilla
Dejando mi cuerpo,
Caronte se aleja
Yendo río adentro;

Sentado en un tronco
Vestido de blanco
Me fumo un cigarro
Y sueño despierto:

-Hecho soy de tierra,
Siempre lo he sido,
Y por ser de tierra
Poeta he nacido-.



Obra con registro de propiedad intelectual

Créditos


Música: Anjey_Satori_-_River_Surround 

Imágen tomada desde:
http://artelista.s3.amazonaws.com/obras/big/9/5/8/6620751588393922.jpg
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