Una muchacha deambula por
la calle
Con la mirada perdida
En ningún detalle;
A la joven afligida
La esperanza le rehúye;
Su alma se parece a una
suela
Curtida por la vida al
andar,
Raída y sucia de tanto caminar
Por rutas empedradas de tinieblas;
Ella es fuerte y quiere
trabajar
Pero solo encuentra
ofertas para mendigar;
El duro acero se carcome al
oxidar
Su terca firmeza frente al rugiente mar;
La jovencita cansada sucumbe
Ante la despiadada
fatalidad
De ser pobre por natividad
Y estar en la sima lejos de
la cumbre;
Se le han roto las
palabras que en la infancia
Le hablaron sus maestros en
la escuela:
- ¡Estudia pues la
ignorancia,
Aquella vil ladronzuela,
Te puede quitar la gloria
De convertirte en estela!-;
La joven que soñaba día a
día
Se vio obligada a no estudiar
Pues su familia de
recursos carecía
Y tuvo entonces que pensar
en trabajar;
Buscaba y buscaba una
labor digna
Pero solo le ofrecían
esclavitud indigna;
En la sensibilidad
mortecina
De la feroz selva
inhumana,
Viéndose la joven como
esclava
Decidió terminar con su
vida;
Seca de ilusiones fue
tratada
Como una cosa abortiva;
En su frágil mano una
imagen santa
Le reconforta del
desconsuelo,
Desde el puente frío la
joven salta,
El viento sopla y le
arranca el velo,
El agua turbia se traga el
alma
Que no tuvo alas para
alzar el vuelo.
¡Muchachita, muchachita inundada
de aflicción,
Bebiste el cáliz amargo que
embriagó tu soledad,
El desamparo te llenó de
confusión!
Y la ciudad entera de purísima
orfandad;
¿Por qué el prójimo vestido
de villano
No quiso verte ni
extenderte la mano?
Obra con registro de propiedad intelectual
Créditos
Música: Petite_Viking_-_THE_DUNGEON
Imágen tomada desde:
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