Las multitudes atascan la
avenida,
Las armas vomitan muerte y
herida,
Es un pandemonio de sangre
y locura.
Los rebeldes combaten con
fiereza
A los esbirros servidores del
régimen;
Fusiles y hoces desatan el
crimen
Con la vesania más monstruosa.
Esquivando las garras filudas
de la muerte,
Antonia sigue rauda a su
amado Marcial,
Corren inconcientes del innoble
teniente
Que agazapado dispara con
furia dictatorial
Hiriendo a la amada
Antonia en el vientre,
Destrozando para siempre el
corazón de Marcial.
Obra con registro de propiedad intelectual
Créditos
Música:Roger_Subirana_Mata_-_Point_of_no_return
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