lunes, 6 de agosto de 2012

Lombriz de trinchera


Amor mío, hoy te escribo en medio de la penumbra
De esta trinchera que la tristeza silenciosa alumbra.
Estoy cansado del frío, la soledad, las balas,
Los gritos de espanto, la locura, los golpes de pala
Y las fosas que albergan los cuerpos de fieles amigos
Que la muerte reclama severa, sin fingir remilgos.

Amor mío, no quiero angustiar tu corazón que está cerca del mío
Con estas palabras que toscas me salen; es el enorme vacío
Que tu ausencia me produce en el alma el que amarga
Mi ilusión, mi deseo y mi corazón de pena sobrecarga.
En esta trinchera la muerte es rutinaria, no he de ocultártelo,
Como para ti lo es la esperanza de verme, cómo negarlo.

Esta guerra infame, desgraciada, inmoral, nos va quitando
Tantas cosas que felices tuvimos y que hoy se van olvidando:
La risa de los niños en las calles, las flores bellas en los jardines,
El saludo de los vecinos, un café, un cigarrillo, los teatros insignes,
La sopa caliente, una caricia, un beso, el vuelo de la golondrina,
La familia unida, el pan crujiente, la nube blanca, la simple letrina.

Hoy me siento como una lombriz cualquiera que vive en el barro
De esta trinchera, que espera a la muerte bañada en el sarro
De las balas disparadas a otros semejantes que en el otro frente
Son de otro bando y también de sus familias están tristemente ausentes.
¿Por qué estoy aquí con mis hermanos de sangre, combatiendo
A otros hombres y a sus hermanos de sangre? ¡No lo comprendo!

Amor mío, esta no es mi guerra, ni tuya, ni la de nadie
Que no sea más que un político, o poderoso empresario de la barbarie,
Que quiere un trozo de territorio para seguir haciendo negocios,
Para comprar y vender nimiedades que entretengan sus ocios.
¡Ojala negociaran con panes que saciaran de todos el hambre
Y no vendieran armas, soldados, suero, muros de minas y alambre!

Amor mío, hoy te escribo cerrando los ojos y tratando
De soñar un poco; quiero verte a ti, a los niños nadando
En un mar de aguas que no alberguen tristezas ni llantos,
Quiero verles corriendo en verdes planicies y dorados llanos
De trigo que serán cosechados por todos nosotros
Para compartir alegres supliendo la necesidad de otros.

Esta carta amor mío, será mi secreto que he de revelarte
Cuando llegue a casa; y si aun estoy vivo no he negarte
Mis fuerzas y mi vida, mi sudor y mi sangre
Que hoy aquí ofrezco hundido en tanta mugre.
Esta costra vil ha de ser lavada por la certeza de tu amor
Y el amor de mis hijos, a quienes debo mi vida y mi honor.

Tuyo por siempre…

Roger


Obra con registro de propiedad intelectual

Créditos
Música: Babel_sin_Fronteras, Children in war, Walter Mazzaccaro
Imágenes tomadas desde: https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxU7kwHzxAPzJFkYmjFgieke6SBY15A0O7A038yWxaSuTAMeAMwVeUjCYBpJShFiRUYfeZmQm1Rdc3gualfHkkzJc8Q_9t_OHoMNZR9rWKcI8EpXXtO9WouiBzGyQFAe3yqgvIy9JAUdeR/s400/Alambre_de_PuaS.jpg

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2 comentarios:

  1. Que hermoso poema mi amor
    Te espero junto a mis hijas

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    Respuestas
    1. El tiempo transcurre como el agua que se junta en un solo río, nuestro río...

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