De esta trinchera que la
tristeza silenciosa alumbra.
Estoy cansado del frío, la
soledad, las balas,
Los gritos de espanto, la
locura, los golpes de pala
Y las fosas que albergan
los cuerpos de fieles amigos
Que la muerte reclama
severa, sin fingir remilgos.
Amor mío, no quiero
angustiar tu corazón que está cerca del mío
Con estas palabras que
toscas me salen; es el enorme vacío
Que tu ausencia me produce
en el alma el que amarga
Mi ilusión, mi deseo y mi
corazón de pena sobrecarga.
En esta trinchera la
muerte es rutinaria, no he de ocultártelo,
Como para ti lo es la
esperanza de verme, cómo negarlo.
Esta guerra infame,
desgraciada, inmoral, nos va quitando
Tantas cosas que felices
tuvimos y que hoy se van olvidando:
La risa de los niños en
las calles, las flores bellas en los jardines,
El saludo de los vecinos,
un café, un cigarrillo, los teatros insignes,
La sopa caliente, una
caricia, un beso, el vuelo de la golondrina,
La familia unida, el pan
crujiente, la nube blanca, la simple letrina.
Hoy me siento como una
lombriz cualquiera que vive en el barro
De esta trinchera, que
espera a la muerte bañada en el sarro
De las balas disparadas a
otros semejantes que en el otro frente
Son de otro bando y también
de sus familias están tristemente ausentes.
¿Por qué estoy aquí con
mis hermanos de sangre, combatiendo
A otros hombres y a sus
hermanos de sangre? ¡No lo comprendo!
Amor mío, esta no es mi
guerra, ni tuya, ni la de nadie
Que no sea más que un político,
o poderoso empresario de la barbarie,
Que quiere un trozo de
territorio para seguir haciendo negocios,
Para comprar y vender
nimiedades que entretengan sus ocios.
¡Ojala negociaran con
panes que saciaran de todos el hambre
Y no vendieran armas,
soldados, suero, muros de minas y alambre!
Amor mío, hoy te escribo
cerrando los ojos y tratando
De soñar un poco; quiero
verte a ti, a los niños nadando
En un mar de aguas que no
alberguen tristezas ni llantos,
Quiero verles corriendo en
verdes planicies y dorados llanos
De trigo que serán cosechados
por todos nosotros
Para compartir alegres supliendo
la necesidad de otros.
Esta carta amor mío, será
mi secreto que he de revelarte
Cuando llegue a casa; y si
aun estoy vivo no he negarte
Mis fuerzas y mi vida, mi
sudor y mi sangre
Que hoy aquí ofrezco hundido
en tanta mugre.
Esta costra vil ha de ser
lavada por la certeza de tu amor
Y el amor de mis hijos, a
quienes debo mi vida y mi honor.
Tuyo por siempre…
Roger
Obra con registro de propiedad intelectual
Créditos
Música: Babel_sin_Fronteras, Children in war, Walter Mazzaccaro
Que hermoso poema mi amor
ResponderEliminarTe espero junto a mis hijas
El tiempo transcurre como el agua que se junta en un solo río, nuestro río...
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