Un pájaro carpintero de rojo
penacho
En lo alto de un árbol
tenia su casa
Donde moraba con su alada
esposa
En un hueco tibio y algo estrecho.
En la casita alta, su leñosa
cueva,
Vivían felices el pájaro y
su carpintera
La que puso huevos para
que les diera
Otros pajaritos, la camada
nueva.
Observaba cauteloso el
vecindario
Por si aparecía algún adversario
Que usurpar quisiera el nido
Y comer los huevos como
vil bandido
Perpetrando así un terrible
agravio.
Un mañana tibia, en la
verde selva,
El pájaro carpintero sacó
la cabeza
Que del nido salió con
gran certeza
Para observar a una
repulsiva
Serpiente que trepaba furtiva
Pues robar los huevos
pretendía;
En su hambre de reptil comer
quería
Y la mirada fija de aquel
adversario
Al pájaro carpintero dio
escalofrío
Pues la asesina a matar
venía.
El valiente pájaro gritó
temblando:
¡Animal sin patas, que
haces subiendo,
Con malicia vienes
serpenteando,
Este es mi árbol y aquí
yo mando,
Lárgate pues no eres
bienvenido!
Pero la serpiente respondió
al pájaro:
¡Voy a comer huevos, que
quede claro
Y si no te gusta lo
lamento mucho,
De un mordisco he de herir
tu pecho
Y te tragaré entero, eso
lo juro!
El pájaro de rojo penacho
tiritando
Se lanzó al ataque de la
serpiente
Quien se sorprendió
visiblemente
Del valor que el ave fue
mostrando;
El plumífero en su vuelo fue
lanzando
Golpes como fuertes picotazos
Que la bífida sintió cual
machetazos
Que le herían en la piel y
las costillas
En medio del fragor de la
rencilla,
Los graznidos, la violencia
y los pinchazos.
La serpiente enfurecida y
con inquina
Aferrada a una rama del
árbol,
Empeñada en su infame rol,
Soltaba mordiscos de
asesina
Escupiendo maldiciones y
toxina
Que no hirieron al
valiente pájaro
Quien luchaba solo y con
descaro
Por defender los huevos del
nido
Que robar quería el reptil
atrevido.
De pronto, salió del nido la
hembra
Que veía como la malvada culebra
Matarles quería en su cometido.
Mientras la lucha crecía
en tensión,
La serpiente astuta siguió
trepando
Pues de un fuerte golpe
dejó tendido
Al pájaro aturdido en
violenta acción.
El ave hembra sin la
minima aprensión
Picoteaba la corteza del
gran tronco
Que destiló su savia, un fluido
blanco,
El que chorreó directa a la
cabeza
De la desafortunada
asesina confesa
Que en los ojos recibió el
flujo cáustico.
La culebra enceguecida y
en ardor herida
Termino caída, con hambre
y derrotada;
Los pájaros carpinteros,
pequeños valerosos,
Así salvaron sus huevos y sus
vidas presurosos.
(Basado en el cuento de la etnia culina “El pájaro carpintero”)
Obra con registro de propiedad intelectual
Créditos
Música: Carlo_Tamponi_-_onclassical_tamponi_vivaldi_flute-oboe-cello_concerto_103_1
Imágenes tomadas desde:
http://www.cuscowonderstravel.com/img/pajaro-carpintero-iquitos.jpg
http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/8/8d/Bothriopsis_bilineata_smaragdinus_%28Yasuni%29.jpg
http://www.cuscowonderstravel.com/img/pajaro-carpintero-iquitos.jpg
http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/8/8d/Bothriopsis_bilineata_smaragdinus_%28Yasuni%29.jpg
Cuento “El pájaro carpintero”. 1999. En:
Llanchama-Cuentos Pintados/Amazonía. Culina-Cuentos de animales. INC. ILV. Fondo
Editorial de la UNMSM. Lima. Perú.
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