viernes, 21 de septiembre de 2012

El tiempo que no estuve



Deseaba ver germinar los años
Que sembré pero no estuve
Por ir en busca de sueños
Que algún día tuve…

¿Te das cuenta que el tiempo pasa
Y tristemente con vosotros no estoy
Mientras solitarios los pasos que doy
Me tienen cansado lejos de casa?
Esta añoranza, compañera silenciosa,
Secuestra mis años, hiere mi calma,
Me deja un gran hueco en el alma,
Un oscuro agujero de penas,
De ausencias, de largas condenas
En la deshabitada cárcel de la sima.

El tiempo transcurre ante los ojos
Como un tren vacío de pasajeros
Que veloz se marcha de nosotros
Llevándose el presente largamente lejos
Dejándonos solos en casa ante espejos
Con imágenes frías, aires viejos, ilusiones,
Humos de memorias, alegría en jirones
Y silbatazos de nostalgia que nos recuerdan
La impuntualidad del cuerpo. Así anuncian
Los trenes su inexorable ir a los confines.

Quisiera llegar puntual a la estación
De la cita, en el momento oportuno,
En el mes exacto, la hora, el segundo,
Con mi equipaje repleto de ilusión,
Quisiera contento ir a encontrarles sin dilación
Para abrazarles, besarles, regalarles sueños,
Para decirles que ya somos los seguros dueños
Del presente que iluminará nuestro futuro,
Que ya no habrá nunca más un hueco oscuro
En el tiempo ni habrá más desilusión.

Es muy difícil ser el viajero solitario
En un barco sin mástiles ni velas,
Sin tripulación de estirpe y sin banderas
Que te empujen contra el viento corsario,
Que gritando a una contra el adversario
Conquisten contigo temporales, riquezas,
Alcanzando juntos honores y grandezas;
Mi barco navega anegado en el océano
De ausencias, de preguntas, de perlas en grano,
De azules profundos y desiertas tristezas.

A veces siento que mi barco va a la deriva
Aunque se que llegaré a algún puerto;
Aquel lugar cobra adelantado su derecho
A recibirme, pagándole yo con trozos de vida;
Pago por minuto, por segundo, en herida
Que me deja flaco y pobre de afectos,
Sin tareas terminadas, sin amorosos desvelos,
Sin peleas y amistes, sin caritas pintadas,
Sin risas, sin infinitas sonrisas limpias,
Sin ojitos frescos tiernamente lluviosos.

No se que puedo hacer o decir,
Con el transcurrir azaroso del tiempo
También transcurre mi barco sin que pronto
Mí llegada al puerto se pueda advertir…
A solas ya no quiero el tiempo consumir,
Con mi nave fantasma hago lo que puedo,
Trato de no perder el rumbo aunque sinceramente creo
Que me más pronto que tarde he de volver a reír
Aún cuando me retrase a sotavento el sufrir
Pues en tierra lejana vuestro amor es lo que veo.

Obra con registro de propiedad intelectual

Créditos
Música: Thierry_Tremelet_Voyage_en_onirie
Imágen tomada desde:
http://steniourbano.files.wordpress.com/2012/08/homem-pensativo.jpg

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