Que sembré pero no estuve
Por ir en busca de sueños
Que algún día tuve…
¿Te das cuenta que el
tiempo pasa
Y tristemente con vosotros
no estoy
Mientras solitarios los
pasos que doy
Me tienen cansado lejos de
casa?
Esta añoranza, compañera
silenciosa,
Secuestra mis años, hiere
mi calma,
Me deja un gran hueco en
el alma,
Un oscuro agujero de
penas,
De ausencias, de largas
condenas
En la deshabitada cárcel
de la sima.
El tiempo transcurre ante
los ojos
Como un tren vacío de
pasajeros
Que veloz se marcha de
nosotros
Llevándose el presente largamente
lejos
Dejándonos solos en casa
ante espejos
Con imágenes frías, aires
viejos, ilusiones,
Humos de memorias, alegría
en jirones
Y silbatazos de nostalgia
que nos recuerdan
La impuntualidad del
cuerpo. Así anuncian
Los trenes su inexorable
ir a los confines.
Quisiera llegar puntual a
la estación
De la cita, en el momento
oportuno,
En el mes exacto, la hora,
el segundo,
Con mi equipaje repleto de
ilusión,
Quisiera contento ir a
encontrarles sin dilación
Para abrazarles, besarles,
regalarles sueños,
Para decirles que ya somos
los seguros dueños
Del presente que iluminará
nuestro futuro,
Que ya no habrá nunca más un
hueco oscuro
En el tiempo ni habrá más
desilusión.
Es muy difícil ser el
viajero solitario
En un barco sin mástiles ni
velas,
Sin tripulación de estirpe
y sin banderas
Que te empujen contra el viento
corsario,
Que gritando a una contra
el adversario
Conquisten contigo temporales,
riquezas,
Alcanzando juntos honores
y grandezas;
Mi barco navega anegado en
el océano
De ausencias, de preguntas,
de perlas en grano,
De azules profundos y
desiertas tristezas.
A veces siento que mi
barco va a la deriva
Aunque se que llegaré a
algún puerto;
Aquel lugar cobra
adelantado su derecho
A recibirme, pagándole yo
con trozos de vida;
Pago por minuto, por
segundo, en herida
Que me deja flaco y pobre
de afectos,
Sin tareas terminadas, sin
amorosos desvelos,
Sin peleas y amistes, sin
caritas pintadas,
Sin risas, sin infinitas
sonrisas limpias,
Sin ojitos frescos
tiernamente lluviosos.
No se que puedo hacer o
decir,
Con el transcurrir azaroso
del tiempo
También transcurre mi
barco sin que pronto
Mí llegada al puerto se
pueda advertir…
A solas ya no quiero el
tiempo consumir,
Con mi nave fantasma hago
lo que puedo,
Trato de no perder el
rumbo aunque sinceramente creo
Que me más pronto que
tarde he de volver a reír
Aún cuando me retrase a
sotavento el sufrir
Pues en tierra lejana
vuestro amor es lo que veo.
Obra con registro de propiedad intelectual
Créditos
Música: Thierry_Tremelet_Voyage_en_onirie
Imágen tomada desde:
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Imágen tomada desde:
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