¿Por qué no estas presente?
¿Es que tu luz no brilla
más?
Por doquier estas ausente,
Ignoramos donde andas
¿Quizá cerca de la muerte
A quien fuiste encadenada?
¿Quién te mantiene cautiva
Agonizante, exangüe,
inerme?
¿Quién, en prisión
malvada,
Te entregó a cruel
gendarme
Para ser por el violada
De la forma mas infame?
Los Judas que te entregaron
Al secuestro y a la muerte
Son ministros que negaron
-¡Rapaces jueces
disidentes!-
La lealtad que te juraron
Y acataron falsamente.
Los ministros del cohecho,
Defensores del delito,
Que niegan de obra y hecho
Su retórico argumento,
Son los reales homicidas
Del honor y del derecho.
Su conducta pervertida
Normas sociales destruye,
Sin embargo se atribuyen
Honradez e integridad.
Y su moral corrompida
Nos empuja a la barbarie
De los asesinos en serie
Que no le temen a nadie.
La ley y la vida degradan
Los poderosos magistrados
Que con sus ricos aliados
Mil latrocinios perpetran.
¡Oh, ley secuestrada
Por los ricos y los
nobles,
Para en festín ser
ultrajada
Entre risas de insufribles!
¡En defensa de tu causa
Serás pronto liberada
Del cautiverio terrible
Que te mantiene encerrada!
Y con el juicio y la
fuerza
De la ley y la razón,
Con un nuevo corazón
Restableceremos la belleza
De tu luz y de tu acción.
Y esta anomia que
destruye,
Que nos hunde en las
tinieblas,
Será solo un mal recuerdo
De la oscura y triste
niebla
Que se esfuma y se diluye
Para siempre…
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Obra con registro de propiedad intelectual
Créditos
Música: David Gay-Perret - Renforts
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