Obstinado pensamiento al amanecer,
Idea devota en alma pecadora...
Hombre -¡hipócrita indecente!-,
De fe mal aprendida e inconsciente,
Te enseñan que ella es fruta tentadora...
¡Oh, creyente de la palabra santa
Recibida de algún arcaico profeta!
Sometes a la mujer
A los designios de tu capricho
Tratándola peor que ha un bicho
Para cebarte de placer
¡Tú, por los patriarcas instruido
Te imaginas piadoso y ungido
Solo por el hecho de ser hombre!
Maltratas y te sientes impune
Aunque ella – oprimida - abomine
Tu conducta, tu fe y tu nombre
Tus ancestros te enseñaron
Que la vida es así; te aconsejaron
Que el hombre es quien manda,
Que la mujer solo mira y calla
Y que es tu deber -¡canalla!-
De rodillas tenerla doblada
Miserable enseñanza esa
Que sembraron en tu
cabeza:
La mujer es menos que el hombre,
Es el diablo con culo y senos
Que te lleva por caminos obscenos
Apagando en pecado tu lumbre...
Has de saber vil insensato
Que la mujer no es mercancía
Ni el objeto de la insanía
Que practicas por mojigato
La mujer es de igual valía
Que tú -¡cretino descarado!-
Ella debe tener a tu lado
Dignidad, respeto, apología
¡Y buen trato!
Obra con registro de propiedad intelectual
Créditos
Música: La priere du poulet - Chicken kebab
Imágen tomada desde:
https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNG9ArubsC2ZjQ_ewhp9c5U74wPhnI6Hu16NeKZXx6FuspGpGN3G4FaBwvhPB3f03B_YIszXOkbuRC8XCS9Hv8Na22OgZOuS22smL3t2KAKVBLIazvV6O1HZYr1qjUmr0Mr8FY_bakPfU/s400/1237825198_balestra,_donna_con_burka.jpg
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