domingo, 17 de junio de 2012

Silencioso cuidado


Pequeño mío,
caótico orden de mi universo,
por ti vivo alerta para detectar y reparar la anarquía que nos rodea;

Manitos de bulliciosas armonías,
manitos trazadas con el pincel que pintó las mías,
que me enseñan la elegancia, la eficiencia en la restauración y el arreglo;
Tu vida se prolonga, florece en la cuna tibia y sólida,
en la firme estabilidad del amor que desase el confuso desamor que nos amenaza;

Pequeño mío, crecerás y creceré contigo
y aprenderemos a adaptarnos, tomados de la mano,
a los vaivenes de las olas,
a las llanuras o las montañas,
a las brisas o los huracanes,
al frío de las noches o el calor del mediodía;
seremos como el agua
que ahora es nube, y después lluvia, y después nieve,
y laguna, río, océano…
Seremos todo eso sin dejar de ser agua;

Tu vida es fuerza poderosa
en pequeño cuerpo de niño
que guarda celosamente el secreto
de la sinfonía magistral…

Tan sutiles y silenciosos son los desafíos
que te acechan, que podrían destruirte
con cambios en el orden de las letras del abecedario de la vida
convirtiendo al Amor en Roma –bestia de acero, devoradora de carne-;

Sin embargo,
tan obstinado eres
que te sobrepones a cualquier permuta
cuando tu manito puede abrazar mi dedo
y mi desvelo se acuesta al lado de tus sueños
para cuidarte en silencio


A ti que me acompañas aunque no te vea, Ya vez...
A mi padre, el árbol que me nutrió con su savia... 


Obra con registro de propiedad intelectual

Créditos

Música: Roger Subirana Mata - A piece of heaven
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